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¿QUÉ ES EL ARTE?

 

El arte es alquimia pura, magia cuya composición precisa es: 1,400 gramos de encéfalo, 300 gramos de corazón y 21 gramos de alma. El arte, además, tiene la virtud de la imprecisión (felizmente…).

 

¿CUÁL ES LA FUNCIÓN SOCIAL DEL ARTE?

 

“Si eres una fotocopia sonríe, no saltas la cuerda”

La función social del arte es no ser una fotocopia; es decir, debe crear disfunción personal  contra lo insubstancial proporcionando licencias de dos tipos: recetas farmacéuticas - laissez faire –  y adquisiciones de armas en un arsenal - faire -. En un presente consciente y de pauta artística, esa dicotomía de acción debe provocar un filtraje de auto reconocimiento  contra la intrascendencia, incongruencia o anomia de todo aquello que atenta contra la memoria e imaginario de una época. Las modalidades de consciencia y repuesta del “ser y estar” pueden ser con esparadrapo, gasa y agua oxigenada, pueden ser con un frasco de Alprazolam e inclusive con una AKM o un F-14.

 

¿QUÉ OPINAS DEL MERCADO DEL ARTE?

 

El mercado del arte en el Perú es tercermundista porque se circunscribe a una ciudad (Lima), la institucionalidad es precaria, las adquisiciones de obra son casi inexistentes y  las relaciones de poder se extienden hacia el entorno próximo inmediato; sin embargo, el cuento de hadas, converge hacia un muy reducido grupo, quienes, efectivamente, pueden vivir de su producción artística. Ahora bien, deseo precisar que, dentro de lo poco que hay, se da la prevalencia de los jóvenes “contactados” (a quienes tratan de internacionalizar – no es ufología -) y, por supuesto, las honorables excepciones de gente muy comprometida con su obra que a lo largo del tiempo cuentan con el respaldo de algunos compradores públicos y privados.

A pesar de la fragilidad del mercado, puedo afirmar que la mayor influencia en la estructura piramidal  del arte actual la detentan los coleccionistas, por encima de los curadores, investigadores, galeristas e, incluso, de los mismos artistas. Lo señalado se origina en que son ellos, los coleccionistas, quienes crean la dinámica del mercado a través de sus adquisiciones, contactos nacionales e internacionales y porque son parte además de los Consejos Directivos del MALI y el MAC (los dos museos de mayor importancia en el país). La mejor evidencia de esa realidad, ocurrió en la Bienal de Venecia el 2017, en perjuicio de la obra de Juan Javier Salazar. En esa oportunidad el Comisario del Pabellón Peruano (uno de los más importantes coleccionistas del país), tergiversó el trabajo del artista (ya fallecido recientemente para aquel entonces), logró que el curador renunciara a su obligación y lo increíble, a pesar de lo sucedido, es que se mantiene como Comisario para la Bienal de Venecia en su versión del 2019. Sí señó… ¿le alcanzo un pañuelo o una alcancía?

MIGUEL CORDERO.      7 DE NOVIEMBRE DEL 2018

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